La reciente reducción de las retenciones a las exportaciones agroindustriales comenzó a generar efectos inmediatos en el mercado cambiario argentino. En un contexto marcado por semanas de alta volatilidad, la aceleración en la liquidación de divisas por parte del sector agrícola resultó clave para estabilizar el tipo de cambio, que había superado los $1.340 y ahora se encamina hacia los $1.330 en su cotización mayorista.
Durante los días recientes, las exportaciones agrícolas experimentaron una mejora considerable, superando otra vez la cifra de USD 100 millones diarios, luego de haber disminuido a menos de USD 50 millones durante períodos de tensión. Esta afluencia de dólares ayudó a estabilizar el mercado de divisas a comienzos de agosto, creando un ambiente más favorable para otras transacciones financieras.
Impacto instantáneo de la reducción de retenciones en la liquidación
La elección de disminuir de manera definitiva las tasas de derechos de exportación impulsó un aumento en la oferta de divisas. Información del mercado indicó entradas de USD 80 millones el viernes, USD 106 millones el lunes y USD 101 millones el martes, lo que refleja una recuperación notable en comparación con el promedio de la semana anterior, cuando solo se habían liquidado USD 44 millones en total.
En el contexto actual, se ha incrementado el incentivo para exportar debido a una mayor estabilidad del dólar, haciendo más atractiva la situación financiera para los productores. En tan solo un mes, el sector de la soja experimentó un aumento del 19,2% en el precio obtenido por tonelada, resultado de la disminución de impuestos y la subida del tipo de cambio, pese a que los precios internacionales están en descenso.
El carry trade surge nuevamente como opción de inversión
Al mismo tiempo que entraban los “agro-dólares”, se notó un aumento en las operaciones relacionadas con el carry trade. Esta es una estrategia que implica invertir en instrumentos en pesos con la esperanza de que el dólar se mantenga estable o disminuya. Con tasas reales que aún son altas, diversos analistas detectaron un renovado interés en bonos en moneda local, principalmente por parte de inversores tácticos que buscan beneficiarse de un tipo de cambio más estable.
El movimiento se reflejó en el mercado de futuros, donde los contratos mostraron bajas de entre 0,9% y 1,2%. Algunas posiciones incluso registraron aumentos del interés abierto, lo que generó especulaciones sobre una posible intervención del Banco Central para ordenar la curva. No obstante, la tendencia general indica un mayor optimismo en torno al tipo de cambio, impulsado tanto por el ingreso de divisas reales como por los flujos financieros de corto plazo.
Aumento de precios y leve recuperación en el sector de granos
La reducción de las retenciones influyó notablemente en cómo se establecieron los precios en el mercado de cereales. Para la soja, el precio por tonelada aumentó de $345.000 a $385.000 en solo cuatro sesiones bursátiles, lo que significa un incremento del 12%. Incluso teniendo en cuenta el tipo de cambio, esta mejora se traduce en una ganancia adicional de USD 10 por tonelada en comparación con la semana anterior.
Este repunte, aunque moderado, generó un leve incremento en los volúmenes operados, en un contexto donde aún prevalece cierta cautela. La industria y los exportadores comenzaron a mostrar mayor capacidad de pago, reflejando un entorno más favorable para la comercialización de productos agrícolas.
Perspectivas favorables para el plazo intermedio y extenso
Con el establecimiento de nuevos incentivos, las expectativas para el sector agroindustrial se han incrementado. De acuerdo con cálculos revisados, la producción nacional de granos podría llegar a 172,3 millones de toneladas para el año 2035, con un valor de producción estimado cerca de USD 50.100 millones al año. En total, se prevé que el sector agropecuario podría aportar USD 28.800 millones más a la economía entre las temporadas 2025/26 y 2034/35.
Estos datos fortalecen al sector agroexportador como un protagonista en la obtención de divisas para el país y en la estabilidad macroeconómica. La optimización de las condiciones para exportar, junto con un entorno financiero más estable, permite anticipar un panorama más dinámico para la segunda mitad del año.
Perspectivas para los próximos meses
La clave para sostener la estabilidad cambiaria estará en mantener la fluidez en la liquidación de divisas y reforzar la confianza de los inversores en activos en pesos. Al mismo tiempo, el desempeño del agro continuará siendo determinante para la evolución del tipo de cambio y el balance externo. En este contexto, la política de incentivos al sector primario aparece como un componente clave para consolidar la recuperación y garantizar un flujo de dólares constante que contribuya al orden económico.