El mercado automotor argentino enfrenta un desafío crucial: la antigüedad de su parque vehicular, que supera los 14 años en promedio, y la falta de incentivos que dificultan la renovación de vehículos. Para frenar el envejecimiento del parque y alcanzar una meta de 1,1 millones de autos 0 km vendidos anualmente, que detendría el aumento de la antigüedad promedio, el gobierno está analizando diversas estrategias. Una de las más discutidas es un «Plan Canje» que podría permitir a los consumidores entregar sus autos usados a cambio de beneficios para la compra de un vehículo nuevo.
Este cambio surge en una época de incertidumbre para el sector, el cual anticipa 700.000 unidades para el año 2026, pero se enfrenta a importantes desafíos, como elevadas tasas de interés y presión fiscal en la industria. La meta del plan sería liberar un mercado detenido por la carencia de crédito accesible y los altos costos, que alejan a numerosos compradores de los vehículos nuevos.
Desafíos para la industria automotriz y la necesidad de un cambio en las condiciones del mercado
El sector automotriz argentino vive un proceso de recuperación, pero aún está lejos de alcanzar las cifras que se registraron en los años anteriores, cuando se superaron los 960.000 vehículos vendidos en un año. En la actualidad, las altas tasas de interés impiden que más personas puedan acceder a crédito para comprar un auto, lo que limita la expansión del mercado. Según Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina, para lograr un volumen de ventas cercano a los 1.200.000 vehículos anuales, se necesitaría financiar hasta el 90% de cada unidad, algo que solo es posible si las tasas de interés bajan considerablemente.
En la actualidad, aproximadamente el 50% de las ventas se realizan mediante crédito o planes de ahorro, pero las condiciones actuales no favorecen el acceso al financiamiento de manera accesible. Las tasas de interés siguen siendo altas y los subsidios de las marcas para reducirlas solo se aplican en una cantidad limitada de unidades, lo que hace que solo un segmento reducido de la población pueda acceder a estos beneficios.
El Plan Canje como medida para reactivar el mercado
En este contexto, el Gobierno analiza la implementación de un Plan Canje, cuyo objetivo sería facilitar la compra de autos nuevos a través de un sistema que valore los autos usados entregados como parte de pago. Este plan no sería impulsado por subvenciones del Estado, sino mediante mecanismos más sostenibles que permitan generar un beneficio para quienes opten por entregar un vehículo viejo y adquirir uno nuevo.
Uno de los cambios clave en este esquema es la ampliación del número de piezas recuperables de autos usados, que pasó de 30 a 142 autopartes. Esta modificación busca aumentar el valor de los autos usados que se entreguen para obtener descuentos en la compra de vehículos 0 km, lo que ayudaría a darle nueva vida a los autos en desuso y facilitaría la transición hacia autos más modernos y eficientes.
La idea detrás del Plan Canje es crear una «necesidad» en el mercado, estimulando a los consumidores a renovar sus vehículos y dinamizar las ventas. Este enfoque se aleja de los subsidios estatales directos, como los aplicados en planes anteriores, y se basa en medidas que permiten que el mercado se mueva de manera más natural y sostenible.
Aprendizajes de programas previos y novedosas tácticas impositivas
Argentina ya ha tenido experiencias con programas de intercambio de automóviles, como los que se llevaron a cabo en 1995 y 1999. Durante esos períodos, el gobierno proporcionaba descuentos significativos para adquirir vehículos nuevos al entregar autos antiguos. En el programa de 1995, por ejemplo, los descuentos alcanzaban hasta un 20%, siendo financiados por el Estado, los fabricantes y los concesionarios. En 1999, el gobierno introdujo un sistema donde los autos con más de 10 años de antigüedad podían ser entregados a cambio de un cupón para la compra de un coche 0 km, incluyendo ventajas como la exención del IVA y la reducción de costos de matriculación.
El análisis actual de las autoridades se centra en la posibilidad de generar un beneficio fiscal para la industria automotriz, mediante el uso de certificados de desguace como parte de pago por vehículos nuevos. Este tipo de incentivos podría aplicarse a través de la no imposición de aranceles de exportación a las terminales automotrices, permitiendo a las marcas utilizar este beneficio para reducir los costos de los autos nuevos y hacerlos más accesibles para los consumidores.
Proyecciones para 2026 y la relevancia de equilibrar las condiciones del mercado
Aunque existen desafíos, las expectativas para 2026 son positivas, con una meta de 700,000 unidades comercializadas. No obstante, lograr esta cifra está condicionado por aspectos esenciales como el mejoramiento de las condiciones de crédito, la estabilización de las tasas de interés y la reducción de los impuestos sobre los automóviles. Mientras tanto, el gobierno continúa avanzando en la ejecución de un Plan Canje que podría influir considerablemente en la recuperación del sector y en la disminución de la antigüedad de la flota vehicular.
El Plan Canje, tal como se está estudiando, podría estar listo para su implementación en 2026, lo que ofrecería una solución a corto y mediano plazo para que los argentinos puedan acceder a autos más nuevos y eficientes, a la vez que se revitaliza la industria automotriz local. Sin embargo, las decisiones sobre el tipo de implementación y los detalles específicos del programa aún están siendo analizadas, con la esperanza de que el mercado se adapte a estas nuevas dinámicas en el futuro cercano.