Paleontólogos anunciaron el hallazgo de una nueva especie de dinosaurio caracterizada por una distintiva estructura en forma de vela que recorre su espalda. La especie, denominada Istiorachis macarthurae, fue identificada tras un exhaustivo análisis de huesos hallados en la Isla de Wight, al sur de Inglaterra, donde este dinosaurio herbívoro vivió hace más de 120 millones de años.
Una luz que diferencia a la especie
Los fósiles de Istiorachis macarthurae fueron inicialmente descubiertos hace aproximadamente 40 años, pero se creía que pertenecían a alguna de las especies de iguanodontes ya conocidas de la región. Fue el doctor retirado Jeremy Lockwood quien, al revisarlos como parte de sus estudios de doctorado, detectó espinas neurales excepcionalmente largas, una característica que finalmente permitió definir al dinosaurio como una especie única.
Este dinosaurio alcanzaba alrededor de 2 metros de altura y pesaba aproximadamente 1.000 kilogramos, presentando una columna vertebral extraordinariamente desarrollada en comparación con sus parientes cercanos. La estructura en forma de vela que recorría su espalda es considerada inusual incluso dentro de los iguanodontes del Cretácico temprano, cuando estos dinosaurios comenzaban a evolucionar de bípedos pequeños a animales de mayor tamaño que alternaban entre la postura bípeda y cuadrúpeda.
Desarrollo evolutivo de la vela
Aunque la función precisa de la vela no ha sido establecida con exactitud, los expertos indican que posiblemente haya cumplido principalmente con un propósito de señalización sexual. Lockwood menciona que el notable tamaño de la estructura, más allá de su utilidad concreta, sugiere un posible rol en el atractivo para el apareamiento, comparable al despliegue de la cola de un pavo real macho.
Anteriormente se había propuesto que esta característica podría haber ayudado a regular la temperatura corporal, pero Lockwood desestima esta teoría. Explica que una vela con abundante vascularización sería vulnerable a lesiones y podría provocar una pérdida significativa de sangre en caso de daño. En cambio, la señalización visual se considera la explicación más consistente con la evolución de estas espinas.
Un descubrimiento que expande el entendimiento sobre la vida animal del Cretácico
El descubrimiento de Istiorachis macarthurae no solo añade una nueva especie al registro fósil, sino que también refuerza la idea de que la Isla de Wight fue un área de gran diversidad biológica durante el Cretácico temprano. Los hallazgos indican que los iguanodontes de la región estaban experimentando una evolución significativa, desarrollando estructuras óseas que les proporcionaban soporte muscular para su transición hacia cuerpos más grandes y posturas cuadrúpedas más prolongadas.
Lockwood prevé que la región continuará brindando nuevos hallazgos paleontológicos en los años venideros y que otros especímenes aún por descubrir podrían ofrecer más información sobre la evolución de los dinosaurios herbívoros de la isla.
Implicaciones científicas
El análisis de Istiorachis macarthurae también proporciona información sobre cómo la evolución puede favorecer rasgos exagerados con fines reproductivos. La investigación publicada en la revista Papers in Palaeontology demuestra que las características físicas pueden surgir no solo por necesidades funcionales, como el soporte muscular, sino también como resultado de la presión evolutiva para atraer pareja.
Este hallazgo contribuye a la comprensión del desarrollo de estructuras complejas en dinosaurios y subraya la importancia de revisar fósiles antiguos con nuevas técnicas y perspectivas, revelando especies previamente inadvertidas y ofreciendo una visión más completa de los ecosistemas prehistóricos.